
El efecto Mandela es un fenómeno psicológico en el que un grupo de personas recuerda un hecho o detalle de manera diferente a como ocurrió realmente. Su nombre proviene de una confusión popular en la que muchas personas creían que Nelson Mandela había muerto en prisión en los años 80, cuando en realidad fue liberado y llegó a ser presidente de Sudáfrica. Este tipo de recuerdos compartidos pero erróneos ha capturado la atención de investigadores y curiosos por igual.
Las explicaciones más aceptadas por la ciencia apuntan a fallas en la memoria colectiva y a cómo el cerebro reconstruye los recuerdos cada vez que los accedemos. También influye la exposición a información incorrecta, la sugestión y la manera en que interactuamos con contenidos en redes sociales. El cerebro tiende a llenar vacíos con lógica o patrones conocidos, lo que puede distorsionar la percepción de los hechos.
Aunque hay teorías más especulativas que lo relacionan con realidades paralelas o cambios en la línea del tiempo, la psicología considera que el efecto Mandela es una muestra de cuán maleables y grupales pueden ser nuestros recuerdos. Nos recuerda que incluso nuestras certezas pueden estar construidas sobre percepciones inexactas.