
El París Saint-Germain disputará su segunda final de Champions League tras vencer 2-1 al Arsenal en una intensa batalla celebrada en el Parque de los Príncipes. Los parisinos resistieron la presión sofocante de los ingleses durante una primera parte frenética, pero supieron golpear con eficacia cuando fue necesario. Donnarumma fue un muro inquebrantable, Fabián Ruiz abrió el marcador con un zurdazo demoledor y Hakimi, tras errar un penalti, sentenció. El gol tardío de Saka no fue suficiente para evitar la clasificación del conjunto francés.
Donnarumma y la efectividad francesa, claves
El arranque del partido fue un monólogo del Arsenal. Con ritmo vertiginoso y una presión asfixiante, los de Mikel Arteta buscaron igualar la eliminatoria cuanto antes. Martinelli, Odegaard y Rice pusieron a prueba al portero local, pero Donnarumma respondió con reflejos felinos y mantuvo con vida a su equipo.
El PSG, acorralado, apenas logró salir de su campo hasta que apareció Kvaratskhelia con un zurdazo al poste que encendió las alarmas. Fue el preludio del primer golpe. En una de las escasas aproximaciones, Fabián Ruiz controló de pecho en la frontal y soltó un zurdazo imparable que se coló como un misil en la portería de Raya. Gol y jarro de agua fría para los ingleses.
Un segundo tiempo de nervios, penales y contragolpes
Tras el descanso, el PSG salió con otro aire. Más agresivo en los duelos, comenzó a disputarle el control al Arsenal, que poco a poco fue perdiendo la claridad. La ansiedad hizo mella, y el equipo londinense abusó de los balones largos. Saka fue el único que mantuvo viva la esperanza, obligando de nuevo a Donnarumma a lucirse con otra gran atajada.
Vitinha desaprovechó la oportunidad de cerrar la eliminatoria al fallar un penalti que se ganó tras una mano de Lewis. Pero la sentencia no tardó: en otra contra letal, Hakimi puso el 2-0 con un disparo certero desde la frontal.
El último empuje ‘gunner’ no alcanzó
Con todo en contra, el Arsenal no bajó los brazos. Saka, incansable, aprovechó un despiste de Marquinhos para marcar el 2-1 y revivir brevemente la ilusión. Tuvo incluso el empate a puerta vacía, pero su remate salió desviado. El PSG volvió a centrarse y defendió con uñas y dientes su ventaja para asegurar el boleto a la final de Múnich.
En la primera temporada sin Mbappé, el conjunto de Luis Enrique demuestra que está más vivo que nunca y sueña con conquistar por fin la anhelada ‘Orejona’.