
Team Penske, una de las entidades más prestigiosas en el automovilismo, ha procedido al despido de tres de sus principales ejecutivos vinculados a la operación de IndyCar. Entre los cesados figura Tim Cindric, presidente del equipo, así como Ron Ruzewski, director general, y Kyle Moyer, gerente general. Esta decisión fue comunicada por Roger Penske, propietario del equipo, quien subrayó la gravedad de las fallas organizacionales detectadas en los últimos dos años, y reafirmó su compromiso con la integridad y transparencia en la competencia, en un momento crucial previo a las 500 Millas de Indianápolis.
Modificación ilegal en autos de competición
La causa principal de esta medida responde a la identificación de un componente modificado presuntamente de forma ilegal en el atenuador trasero de los autos conducidos por Josef Newgarden y Will Power durante las clasificaciones para la Indy 500. Se sospecha que dicha alteración habría otorgado una ventaja aerodinámica indebida. Versiones preliminares indican que esta modificación podría haber sido utilizada también en la unidad que Newgarden utilizó para ganar la edición anterior de la competencia, lo que ha reavivado las dudas sobre posibles irregularidades sostenidas en el tiempo dentro del equipo.
Punto de inflexión para Team Penske y la IndyCar
Esta crisis representa un punto de inflexión para Team Penske, especialmente tras antecedentes recientes que involucraron sanciones por manipulación del sistema «push-to-pass«, que provocaron la descalificación de Newgarden y la suspensión temporal de Cindric. La salida de Cindric, figura clave desde el año 2000 y con potencial sucesorio dentro de la organización, refleja el esfuerzo de Penske por recuperar la confianza y la reputación dañada. Paralelamente, la IndyCar y las 500 Millas enfrentan un mayor escrutinio, con peticiones para crear un ente regulador independiente que garantice mayor supervisión y ética en la máxima categoría del automovilismo estadounidense.