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Llevar una alimentación saludable no significa hacer dietas estrictas ni invertir largas horas en la cocina. Lo importante es equilibrar nutrientes, evitar los ultraprocesados y mantener variedad en las preparaciones. Con ingredientes accesibles y preparación sencilla, es posible mantener una dieta deliciosa y nutritiva incluso en días ocupados.

Desayunos energéticos y rápidos

Un desayuno completo debe incluir proteínas, fibra y grasas saludables. Por ejemplo, una tostada integral con aguacate y huevo aporta saciedad y energía. También puedes preparar batidos con frutas, espinaca, avena y leche vegetal. Estos desayunos se preparan en menos de 10 minutos y te ayudan a comenzar el día con claridad mental y buena digestión.

Almuerzos prácticos y balanceados

Una comida equilibrada incluye una fuente de proteína (animal o vegetal), vegetales variados y carbohidratos complejos como arroz integral o quinoa. Un ejemplo fácil es una ensalada tibia con pollo a la plancha, espinacas, lentejas cocidas, pimientos y aderezo de yogur natural. Preparar en cantidad permite refrigerar porciones para otros días.

Cenas ligeras y nutritivas

Para la noche, lo ideal es evitar comidas muy pesadas. Sopas de verduras, tortillas con claras y espinaca o un tazón de hummus con vegetales son opciones rápidas que facilitan el descanso nocturno. Añadir snacks saludables entre comidas, como nueces o frutas, mantiene el metabolismo activo y reduce la ansiedad por alimentos poco saludables.

Publicado por: Editor Minuto30

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