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Jennifer Guilbeault, una joven de 23 años, llegó a un acuerdo con la fiscalía tras haber sido acusada de rociar con gas pimienta a un conductor de Uber mientras este rezaba en árabe durante un alto en el tráfico. El incidente, ocurrido en Manhattan, involucró a Shohel Mahmud, de 45 años, y generó preocupación por su posible trasfondo discriminatorio. Aunque en un principio se le imputó un delito de odio, la acusada negó que sus acciones tuvieran motivaciones raciales o religiosas.

El acuerdo alcanzado reduce la acusación a un cargo menor por acoso agravado en segundo grado. Como parte de las condiciones impuestas, Guilbeault deberá completar 100 horas de servicio comunitario, asistir a programas educativos sobre consumo de alcohol y prejuicios, y mantenerse sin arrestos durante un período de un año. La fiscalía consideró estas medidas como una alternativa rehabilitadora frente al proceso penal tradicional.

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Una vez cumplidos los requisitos del acuerdo, Guilbeault tendrá la opción de modificar su declaración de culpabilidad a una infracción, lo que le permitirá evitar antecedentes penales. El caso ha generado debate sobre el tratamiento legal de incidentes que, aunque no sean clasificados formalmente como delitos de odio, involucran elementos de discriminación percibida por las víctimas.

Publicado por: Editor Minuto30

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