American Airlines ha tomado medidas disciplinarias tras un incidente en el que expulsaron a ocho pasajeros afroamericanos de un vuelo debido a una queja por «olor corporal ofensivo». Esta semana, el CEO de la aerolínea, Robert Isom, expresó su profunda decepción, afirmando que la empresa había fallado a sus clientes. Como resultado, la aerolínea ha suspendido a varios empleados.
El vuelo en cuestión, el 832 de Phoenix a Nueva York JFK en enero, se convirtió en el escenario de una controversia cuando la tripulación retiró a los pasajeros, que no se conocían entre sí, debido a la queja de un miembro de la tripulación sobre un supuesto olor. Esta acción provocó una demanda presentada por tres de los pasajeros, quienes alegaron discriminación racial y narraron una experiencia profundamente traumática.
Según la demanda, los pasajeros tuvieron que volver a abordar el avión mientras los miraban con recelo los demás pasajeros, en su mayoría blancos, quienes los percibían como la causa del significativo retraso. Los demandantes describen el incidente como «traumático, perturbador, aterrador, humillante y degradante», destacando que los expusieron al juicio público y a un trato desigual debido a su raza.
«Estamos caminando por el pasillo de la vergüenza», comentó uno de los afectados, reflejando el impacto psicológico del incidente. «Fue una experiencia realmente traumática. Desafortunadamente, soy un hombre negro y vivo en Estados Unidos».