
Robert Pickton, el infame asesino en serie canadiense que se jactaba de haber matado a 49 mujeres y alimentar con sus restos a sus cerdos, ha sido asesinado en prisión. Pickton, de 74 años, resultó gravemente herido tras ser atacado con el mango de una escoba rota el pasado 19 de mayo. Las autoridades penitenciarias informaron que el ataque ocurrió en su celda, y Pickton no se esperaba que sobreviviera a sus heridas.
El asesinato de Pickton ha provocado diversas reacciones, especialmente entre los familiares de sus víctimas. La hermana de una de las mujeres asesinadas expresó su alivio y celebró la brutal muerte de Pickton, considerándola como un cierre necesario. «Esto traerá curación, no diré a todas las familias, solo diré a la mayoría de las familias,» declaró. «Estoy como – guau, finalmente. De hecho, puedo seguir adelante y sanar, y puedo dejar esto atrás.»
JUST IN: The Canadian serial killer who bragged about killing 49 women and fed their remains to his pigs was murdered in prison
Robert Pickton, 74, was critically injured after being speared in the head with a broken broom handle on May 19 and was not expected to survive
The… pic.twitter.com/OxALl2P48E
— Unlimited L’s (@unlimited_ls) June 1, 2024
Pickton fue condenado en 2007 por el asesinato de varias mujeres, principalmente drogadictas y prostitutas, cuyos restos fueron encontrados en su granja de cerdos. Durante su juicio, se reveló que Pickton se había jactado ante un policía encubierto de haber matado a un total de 49 mujeres. En su finca, las autoridades encontraron los restos o el ADN de al menos 33 mujeres.
Robert Pickton is dead.
Don’t mourn him.
Mourn his victims. pic.twitter.com/GaVi5uDukW
— Duncan MacMaster The Internet’s Sweetheart (@FuriousDShow) May 31, 2024
El caso de Robert conmocionó a Canadá y al mundo entero, debido a la brutalidad y frialdad de sus crímenes. Su muerte en prisión cierra un capítulo oscuro en la historia criminal del país, aunque el dolor y la memoria de las víctimas y sus familias persistirán. El asesinato de Pickton en prisión plantea nuevamente la cuestión de la seguridad y el control dentro del sistema penitenciario, recordando que incluso los criminales más peligrosos no están exentos de la violencia que permea estas instituciones.