
Las autoridades sanitarias estadounidenses han confirmado que en los últimos tres meses no se han registrado nuevos contagios humanos de gripe aviar (H5N1), tras un periodo previo de amplia propagación del virus entre aves silvestres, aves de corral e incluso ganado vacuno. Aunque este periodo de estabilidad puede interpretarse como una señal positiva, los expertos recalcan que la vigilancia epidemiológica sigue activa, con el objetivo de monitorear cualquier posible cambio en los patrones de transmisión.
Persistente circulación del virus en animales mantiene el riesgo latente
Si bien la ausencia temporal de contagios en humanos podría reflejar una disminución en la exposición o una contención más efectiva, el virus continúa presente en poblaciones animales, lo que mantiene latente la posibilidad de nuevos brotes. Científicos y epidemiólogos advierten que las personas con contacto directo con animales infectados siguen siendo vulnerables, por lo que se priorizan las pruebas y el seguimiento en trabajadores agrícolas y ganaderos.
Riesgo de percepción reducida y necesidad de mantener la alerta
Una consecuencia inmediata de este periodo sin casos humanos es el posible relajamiento en la percepción del riesgo por parte del público. Sin embargo, las autoridades sanitarias subrayan que la alerta no debe disminuir, dado que el virus podría mutar y aumentar su capacidad de transmisión entre personas. La comunidad científica continúa analizando el fenómeno para anticipar escenarios futuros y reforzar la prevención en sectores clave.