La popular cadena de pizzas, Blaze Pizza, está tomando una decisión audaz en medio de cambios legislativos en California. En un movimiento estratégico para reducir costos y evitar los altos impuestos estatales, la empresa ha anunciado su traslado de Pasadena a Atlanta. Este cambio de sede permitirá a Blaze Pizza recortar significativamente sus impuestos corporativos estatales, disminuyendo la carga financiera en más de un tercio.
Con 330 restaurantes distribuidos en 38 estados y seis países, Blaze Pizza está preparando el terreno para lo que llama «la próxima ola de crecimiento». Sin embargo, esta no es la única compañía que ha optado por abandonar California en busca de condiciones más favorables. Desde la implementación del salario mínimo estatal de $20 por hora el 1 de abril, se han visto recortes significativos en la fuerza laboral de otras cadenas como Pizza Hut y Burger King, con casi 10,000 empleos eliminados.
El éxodo corporativo de California ha sido notable en los últimos meses, con empresas como Neutrogena trasladándose a Nueva Jersey, QuickFee a Texas, Oak View Group a Colorado y Unical Aviation a Arizona. Estos movimientos subrayan las preocupaciones de las empresas sobre el entorno empresarial y regulatorio en California.
A pesar del cambio de sede, Blaze Pizza asegura que sus 7,500 empleados a nivel de restaurante no se verán afectados. Sin embargo, para algunos de sus 60 empleados corporativos, se ofrecen opciones de reubicación. Esta decisión no solo tiene implicaciones para Blaze Pizza, sino que también plantea preguntas más amplias sobre la competitividad empresarial y la política fiscal en California.