Ruiz Healy Times

Según versiones preliminares, la competencia entre Estados Unidos y China por liderar el desarrollo de la inteligencia artificial (IA) está generando un notable aumento en el consumo energético, lo que presuntamente compromete los compromisos climáticos internacionales. La expansión de centros de datos para alimentar modelos de IA está creciendo a un ritmo sin precedentes, añadiendo presión a la transición hacia energías limpias.

La inteligencia artificial acelera el consumo eléctrico

El auge de la IA generativa, que requiere una enorme capacidad computacional, ha multiplicado la necesidad de infraestructura tecnológica de alto rendimiento. Tanto EE. UU. como China están invirtiendo en mega centros de datos cuya demanda eléctrica, según proyecciones, absorberá una porción cada vez mayor del consumo mundial. Este crecimiento exponencial plantea retos significativos a la estabilidad de las redes eléctricas y a la disponibilidad de energía renovable para sostenerlo.

Un freno inesperado a los compromisos climáticos

Una consecuencia directa de esta tendencia es el riesgo de incumplir los objetivos de descarbonización globales. Es previsible que el aumento descontrolado del consumo eléctrico vinculado a la IA fuerce a los países a revisar sus estrategias energéticas, acelerar inversiones en fuentes renovables, o, en el peor de los casos, volver a fuentes más contaminantes como el carbón o el gas. Esta disyuntiva pone en evidencia la necesidad urgente de desarrollar una IA energéticamente sostenible para que el progreso tecnológico no se convierta en un enemigo del planeta.

Publicado por: Editor Minuto30

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