
El Gobierno de China ha emitido una fuerte condena contra la reciente prohibición impuesta por Estados Unidos a la Universidad de Harvard para matricular estudiantes internacionales, afectando principalmente a más de dos mil estudiantes chinos. Pekín calificó esta medida como un acto que daña la imagen y credibilidad de EE. UU. a nivel global, rechazando las acusaciones de vínculos entre Harvard y el Partido Comunista Chino como infundadas y una politización inapropiada del ámbito académico y la cooperación bilateral.
Medida estadounidense y reacción de estudiantes y Harvard
El Departamento de Seguridad Nacional de EE. UU. revocó el programa que permitía a estudiantes y visitantes extranjeros estudiar en Harvard, alegando riesgos para la seguridad nacional. Esto ha generado preocupación entre los estudiantes chinos afectados, quienes podrían verse obligados a transferirse a otras universidades o incluso a buscar educación en países alternativos como el Reino Unido. Por su parte, Harvard, con más de 10,000 estudiantes internacionales de 150 países, manifestó su inquietud y, según informes, ha presentado demandas contra la administración estadounidense por la decisión.
Consecuencias en la educación superior y relaciones bilaterales
Esta medida agrava la percepción negativa de EE. UU. como destino para educación superior internacional, generando incertidumbre que podría disuadir a futuros talentos globales y, a largo plazo, afectar la competitividad e innovación estadounidense. Además, intensifica las tensiones diplomáticas entre Washington y Pekín, complicando la cooperación en otros ámbitos y elevando la competencia estratégica entre ambas potencias.