La edad preescolar (entre 3 y 5 años) es una fase clave en el desarrollo físico y mental de los niños. Una alimentación adecuada en esta etapa influye directamente en su crecimiento, inmunidad y aprendizaje. Por eso, es fundamental establecer hábitos saludables desde temprano.
¿Qué debe incluir la dieta diaria?
La alimentación debe ser variada y balanceada. Esto incluye:
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Frutas y verduras en cada comida
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Proteínas magras como huevo, pollo, pescado o legumbres
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Cereales integrales y pan de buena calidad
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Lácteos ricos en calcio y vitamina D
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Evitar azúcares refinados y bebidas procesadas
Además, es importante mantener horarios regulares y ofrecer porciones apropiadas para su edad y nivel de actividad.
Hidratación y buenos hábitos en la mesa
El agua debe ser la bebida principal. Evita los jugos industriales y los refrescos. Promueve una alimentación consciente, donde el niño aprenda a identificar cuándo está lleno y a disfrutar lo que come. Comer en familia y evitar pantallas durante la comida mejora la relación con los alimentos.
Más allá de lo nutricional: educación y ejemplo
Los niños aprenden por imitación. Si ven que los adultos comen saludable, ellos lo harán también. Enseñarles desde pequeños a elegir alimentos nutritivos, participar en la cocina y disfrutar de frutas y vegetales tiene beneficios de por vida.