
Dedicar 15 minutos al inicio del día para organizar tus actividades puede marcar una gran diferencia en tu productividad y bienestar. El primer paso es escribir una lista breve con las tres tareas más importantes que necesitas completar. Esto te ayuda a priorizar sin abrumarte.
Después, distribuye tus actividades en bloques de tiempo realistas. No se trata de llenar cada minuto, sino de dejar márgenes para imprevistos. Incluir pausas entre tareas también es importante para evitar el agotamiento y mantener el enfoque.
Al finalizar esos 15 minutos, ya tendrás una hoja de ruta clara para el día. Esta práctica sencilla reduce el estrés y mejora tu sensación de control. No necesitas una agenda lujosa ni apps complicadas, solo un cuaderno o una nota en tu celular y el compromiso de hacerlo cada mañana.