Hacer un detox de redes sociales no significa eliminar completamente tu presencia online, sino gestionar el tiempo y la calidad de la interacción para reducir la ansiedad y distracción. El primer paso es definir límites claros de uso, como horarios específicos para revisar notificaciones o aplicaciones.
Además, es recomendable depurar tus contactos y seguir solo contenido que aporte positividad y conocimiento, evitando comparaciones y sobrecarga informativa. Puedes aprovechar funciones de “modo silencio” o listas personalizadas para mantener un feed más controlado y saludable.
Este enfoque consciente permite recuperar el control sobre tu tiempo y atención, mejorando tu enfoque y bienestar emocional sin necesidad de desaparecer del mundo digital.