
El alcalde de Newark, Ras Baraka, fue arrestado recientemente durante una protesta en las inmediaciones de un nuevo centro federal de detención de inmigrantes en Nueva Jersey. Baraka, quien se ha mostrado en contra de la apertura de esta instalación, alega que la misma no cuenta con los permisos de construcción adecuados. Tras su arresto, que duró varias horas bajo custodia, Baraka fue liberado, pero negó las acusaciones de haber irrumpido en el centro, evitando ofrecer detalles sobre el incidente por recomendación legal.
Según versiones de testigos y un comunicado emitido por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), el alcalde fue detenido cuando intentó unirse a varios congresistas para inspeccionar el interior del centro, negándose a abandonar la propiedad después de ser advertido por las autoridades. Sin embargo, los congresistas presentes en el lugar contradijeron esta versión, afirmando que el alcalde no se encontraba dentro del perímetro del centro al momento de su detención. Este suceso ha generado controversia y condena tanto de funcionarios electos como de organizaciones de derechos civiles, quienes consideran que la acción contra Baraka fue injusta y desproporcionada.
Como consecuencia directa, el arresto de Baraka ha intensificado el debate sobre las políticas migratorias y el tratamiento de los manifestantes, particularmente en torno a la apertura del centro de detención en Newark. Este incidente podría fortalecer la oposición a la instalación y dar lugar a futuras acciones legales. Además, ha elevado la tensión entre las autoridades locales y federales, lo que podría tener repercusiones en la gestión de la inmigración en la ciudad.