Una compañía minera de Canadá ha solicitado al presidente Donald Trump autorización para extraer minerales en aguas internacionales, evitando así la intervención de agencias vinculadas a la ONU. Según versiones preliminares, la firma argumenta que los yacimientos no están sujetos a tratados como la Convención sobre el Derecho del Mar.
La petición, que presuntamente busca acelerar el inicio de operaciones, ha generado inquietud sobre la legalidad y el impacto ambiental de realizar actividades extractivas fuera del marco regulatorio internacional. La administración Trump deberá evaluar las posibles repercusiones políticas y jurídicas antes de tomar una decisión.
De autorizarse, esta iniciativa podría abrir la puerta a más operaciones en zonas marítimas no reguladas, desatando un debate global sobre la explotación de recursos oceánicos sin supervisión multilateral.