
Encontrar un animal silvestre herido puede ser una experiencia impactante, pero lo más importante es mantener la calma y actuar con responsabilidad. Estos animales, al estar fuera de su entorno natural y en estado de vulnerabilidad, pueden reaccionar de forma impredecible si se sienten amenazados, por eso nunca se deben manipular sin protección ni conocimiento adecuado.
Lo primero que debes hacer es contactar a las autoridades ambientales de tu región o a un centro de rescate de fauna silvestre. Ellos están capacitados para brindar las indicaciones correctas y actuar de forma segura tanto para el animal como para las personas.
Evita alimentar al animal o darle agua, por más buena intención que tengas. Muchas veces, eso puede complicar aún más su estado de salud. Si el animal se encuentra en un lugar de riesgo y es necesario moverlo, hazlo únicamente si es seguro para ti. Usa guantes gruesos y colócalo con cuidado en una caja ventilada y oscura, siguiendo siempre las recomendaciones de los expertos.
Recordemos que la intervención profesional es clave para asegurar la recuperación del animal y su eventual liberación en el hábitat natural. Actuar con empatía, pero también con criterio, es fundamental para proteger la vida silvestre y evitar riesgos innecesarios.