El secretario de Transporte de Estados Unidos, Sean Duffy, ha anunciado su intención de reducir la capacidad operativa del Aeropuerto Internacional de Newark Liberty, como parte de una estrategia para enfrentar los problemas de congestión y retrasos que, aparentemente, han deteriorado su eficiencia en los últimos meses. Según las autoridades, esta medida en fase de planificación contemplaría la limitación del número de despegues y aterrizajes por hora, afectando tanto a vuelos comerciales como privados.
Una consecuencia inmediata de esta propuesta sería la reducción en la oferta de vuelos disponibles, lo que podría traducirse en menos opciones de itinerarios para los pasajeros y un posible incremento en las tarifas aéreas. Las aerolíneas deberán ajustar su planificación operativa para responder a las nuevas restricciones, lo que podría impactar en sus ingresos y generar desafíos logísticos para mantener la satisfacción del cliente.
La iniciativa refleja una preocupación estructural por el creciente nivel de saturación en los principales aeropuertos del país, particularmente en el corredor noreste. El resultado de esta medida dependerá en gran parte de la respuesta de los distintos actores involucrados, incluidos viajeros frecuentes, aerolíneas y empresas de transporte, quienes seguirán de cerca los próximos anuncios del Departamento de Transporte respecto a su implementación definitiva.