El gobierno de Estados Unidos ha lanzado un programa que ofrece un pago de 1.000 dólares a inmigrantes indocumentados que decidan abandonar el país de manera voluntaria. A través de la aplicación CBP One y su función CBP Home, los inmigrantes pueden notificar su intención de salir y recibir el incentivo económico tras confirmar su salida. Esta medida tiene como objetivo agilizar los procesos de emigración y reducir los costos asociados a la detención y deportación.
Según el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), el programa busca ofrecer una alternativa más económica y rápida a las deportaciones forzadas, las cuales involucran procedimientos legales complejos y costosos. La propuesta ha generado controversia, ya que algunos cuestionan la efectividad de la iniciativa, así como las implicaciones éticas de utilizar pagos como incentivo para la salida de personas que se encuentran en situación irregular en el país.
El éxito de esta iniciativa dependerá de la respuesta de la población objetivo, así como de la capacidad del gobierno para gestionar el programa de manera eficiente. Aunque su objetivo principal es reducir el número de inmigrantes indocumentados, también ha desatado debate sobre los derechos de los inmigrantes y la idoneidad de recurrir a incentivos económicos en este tipo de situaciones.