
Jueces federales en Texas y Nueva York han prohibido que EE.UU. use la Ley de Enemigos Extranjeros para deportar a ciertos venezolanos detenidos. Aparentemente, consideran que la ley no aplica a nacionales venezolanos pese a las tensiones bilaterales.
La consecuencia inmediata es la suspensión de las deportaciones de los venezolanos amparados por los fallos, permitiéndoles permanecer en EE.UU. mientras se evalúan otras opciones legales. Presuntamente, la aplicabilidad a más venezolanos y la respuesta del gobierno federal son inciertas.
Desde la gestión de riesgos legales y el cumplimiento normativo internacional, este caso subraya la complejidad de las leyes migratorias en contextos de tensión. Para empresas con talento venezolano en EE.UU., es crucial monitorear la evolución de estas decisiones y sus posibles implicaciones en la fuerza laboral.