
Las recientes lluvias en la región de Nueva Inglaterra han dado lugar a un fenómeno inusual denominado «lluvia sucia», un efecto causado por la presencia de partículas de polvo desértico traídas por una tormenta que afectó la zona. Según versiones preliminares, la tormenta absorbió polvo proveniente de desiertos situados a más de 3.200 kilómetros de distancia, lo que resultó en lluvias con una coloración atípica y residuos visibles tras la evaporación del agua.
El polvo fue transportado a través de fuertes corrientes de aire en la atmósfera, lo que permitió que se mezclara con la masa nubosa de la tormenta antes de llegar a la región. Este tipo de transporte atmosférico no es común, pero ocurre bajo condiciones meteorológicas específicas. La presencia de sedimentos en las lluvias ha generado preocupación y curiosidad entre los residentes, quienes han notado la coloración terrosa del agua y la acumulación de partículas en superficies externas.
Una consecuencia directa de este fenómeno es la alteración temporal de la calidad del agua de lluvia y la necesidad de realizar limpieza adicional en exteriores. Aunque las concentraciones de polvo desértico suelen ser bajas y no representan un riesgo significativo para la salud, la presencia visible de sedimentos ha generado inquietudes. Los meteorólogos continúan vigilando el evento para evaluar su magnitud y las posibles implicaciones en el corto plazo.