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La industria minera de Bitcoin en Estados Unidos se encuentra en alerta ante la propuesta del gobierno de implementar un impuesto del 30% sobre el uso de electricidad para las operaciones de minería de activos digitales.
Esta medida, que busca recaudar fondos para el presupuesto federal, podría tener un impacto significativo en el sector, llevando a que muchos mineros se muden a otros países con regulaciones más favorables.
Actualmente, los mineros de Bitcoin en Estados Unidos representan más del 29% del total del hashpower de la red, lo que convierte al país en uno de los principales centros de minería de criptomonedas.
Sin embargo, la propuesta de este impuesto podría hacer que esta posición cambie rápidamente. Los mineros argumentan que el impuesto del 30% sería demasiado alto y haría que la minería en Estados Unidos no sea rentable.
Además, señalan que la medida podría desalentar la inversión en nueva infraestructura minera y generar una pérdida de empleos en el sector. Como consecuencia, muchos mineros están considerando trasladar sus operaciones a otros países donde la electricidad es más barata y la regulación fiscal es más favorable.
Entre los destinos más atractivos se encuentran China, Rusia y Kazajistán, que ya cuentan con una infraestructura minera desarrollada y ofrecen condiciones más competitivas.
Si un número significativo de mineros abandona Estados Unidos, esto podría tener un impacto negativo en la red de Bitcoin. La dificultad de la minería podría aumentar, lo que ralentizaría la generación de nuevos bloques y haría que las transacciones sean más costosas.
Además, la concentración de la minería en menos países podría aumentar el riesgo de centralización y censura en la red. Es importante destacar que la propuesta de impuesto del 30% aún se encuentra en fase de discusión y podría no ser aprobada.
Sin embargo, la incertidumbre que genera esta medida ya está afectando a la industria minera de Bitcoin en Estados Unidos.
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