
Moscú y Washington han realizado un intercambio de prisioneros que resultó en la liberación de Ksenia Karelina, ciudadana con doble nacionalidad estadounidense y rusa. Este acuerdo bilateral aparentemente se logró tras negociaciones diplomáticas, a pesar de las complejas relaciones políticas entre ambos países.
La consecuencia inmediata es la repatriación de Karelina. Desde la diplomacia, podría interpretarse como un pequeño avance en las relaciones bilaterales. Para la involucrada y su familia, representa un alivio personal significativo.
Desde el riesgo internacional, este intercambio subraya la vulnerabilidad de ciudadanos con doble nacionalidad en países con relaciones tensas, recordando la importancia de la diligencia debida en la gestión de riesgos de seguridad para empresas con empleados en estas situaciones.