Aunque los paseos diarios son importantes para los perros, los veterinarios coinciden en que la verdadera felicidad canina depende de otros factores clave. Uno de ellos es la estimulación mental: los juegos de olfato, el entrenamiento positivo y los juguetes interactivos mantienen su mente activa y previenen el aburrimiento.
El vínculo emocional con sus humanos es otro pilar fundamental. Los perros necesitan sentirse amados, recibir caricias y atención, y contar con rutinas predecibles que les brinden seguridad. La convivencia y el tiempo de calidad fortalecen la confianza y reducen la ansiedad.
Finalmente, una alimentación adecuada y chequeos veterinarios regulares garantizan su bienestar físico. Un perro feliz es aquel que se siente seguro, estimulado y querido, más allá de la cantidad de paseos que realice al día.