En un giro desgarrador, Christopher Gregor, el padre del pequeño Corey Micciolo, de 6 años, acusado de su muerte, se deshizo en lágrimas en el tribunal mientras se presentaban las pruebas en su contra. Corey, según los informes, sufrió un «estrés cardíaco fatal» luego de recibir una paliza. Sin embargo, la tragedia tomó un giro aún más sombrío esta semana, cuando se reveló que Gregor abandonó la sala de emergencias mientras su hijo luchaba por su vida.
Una enfermera testificó que Gregor abandonó a Corey mientras agonizaba, sin mostrar ninguna emoción durante su visita a la sala de emergencias. Las imágenes de seguridad capturaron el momento en que Gregor salía del hospital apenas 20 minutos después de que Corey fuera declarado muerto. Este comportamiento, sumado a las evidencias presentadas, ha dejado a muchos conmocionados y desconcertados.
Un patólogo ha concluido que Corey mostraba signos de «miocardiopatía por estrés»,una afección cardíaca asociada con el estrés extremo, como el causado por el abuso. Estas revelaciones han intensificado aún más el escrutinio sobre el papel de Gregor en la trágica muerte de su hijo y han desencadenado un debate sobre la necesidad de justicia y protección para los niños vulnerables.
El juicio continúa mientras la comunidad espera respuestas y se aferra a la esperanza de que se haga justicia para Corey. La pregunta que queda en el aire es cómo pudo un padre abandonar a su hijo en su momento de mayor necesidad.