Muchas personas acumulan objetos, recuerdos o compromisos “por si acaso” pensando que podrían necesitarlos en el futuro, pero esta práctica puede generar estrés y ocupar espacio físico y mental innecesariamente. Identificar qué cosas guardas sin un uso real es el primer paso para recuperar tu paz.
Hacer una revisión consciente y clasificar lo que realmente aporta valor frente a lo que solo genera carga te ayuda a soltar lo que no necesitas. La regla de “si no lo has usado en un año, probablemente no lo necesites” puede ser un buen criterio. Además, aplicar este principio a compromisos o hábitos tóxicos también mejora tu bienestar.
Desprenderse de lo acumulado libera espacio y energía, facilitando una vida más sencilla, ordenada y con mayor foco en lo realmente importante.