El síndrome del impostor es un fenómeno psicológico que afecta a profesionales de todos los niveles, especialmente a personas altamente competentes. Quienes lo padecen sienten que no merecen sus logros, atribuyen su éxito a factores externos como la suerte y viven con el temor constante de ser “descubiertos” como un fraude. Estudios indican que al menos el 70% de los trabajadores experimentará esta sensación en algún momento de su carrera.
Reconócelo y hazle frente
Aparentemente, este síndrome está ligado a altos niveles de exigencia personal, perfeccionismo y ambientes de trabajo altamente competitivos. Para combatirlo, es esencial aprender a reconocer los logros propios, buscar retroalimentación objetiva y establecer expectativas realistas. Hablar del tema con mentores o colegas también puede ayudar a desmitificar la experiencia y generar apoyo mutuo en el entorno profesional.
Cómo proteger tu bienestar profesional
Dejar sin atender el síndrome del impostor puede frenar el desarrollo de talento, aumentar el estrés laboral y reducir la confianza en la toma de decisiones. Por eso, las empresas y líderes deben fomentar una cultura de reconocimiento y aprendizaje continuo. Cuando los colaboradores se sienten valorados por sus capacidades reales y no por una imagen que deben sostener, su motivación y productividad aumentan notablemente.