
La niebla mental, también conocida como “brain fog”, no es una enfermedad en sí, sino un síntoma que puede sentirse como confusión, dificultad para concentrarse, olvidos frecuentes o sensación de estar desconectada. Aunque todos podemos experimentarla ocasionalmente, si se vuelve constante, puede ser un indicio de algo más profundo como estrés crónico, falta de sueño, mala alimentación o incluso cambios hormonales.
Entre las causas más comunes están la fatiga mental, el burnout, el uso excesivo de pantallas, una dieta alta en azúcares procesados y la ansiedad. También puede estar asociada a condiciones médicas como el hipotiroidismo, la fibromialgia o incluso secuelas del COVID-19. Por eso, es importante prestarle atención si se vuelve persistente y afecta tu calidad de vida.
Para combatir la niebla mental, se recomienda dormir bien, reducir el estrés, mantener una dieta rica en nutrientes, hacer ejercicio moderado y tomar pausas durante la jornada laboral. Actividades como la meditación y escribir un diario también pueden ayudarte a recuperar claridad mental. Si el síntoma persiste, lo mejor es consultar con un profesional.