El Reino Unido ha registrado un hito meteorológico significativo al alcanzar una temperatura de 28 grados Celsius el 1 de mayo, marcando así la temperatura más alta jamás registrada en esta fecha específica. Este nuevo récord supera el anterior máximo para el primer día de mayo, que era de 27.4 grados Celsius y se estableció en Lossiemouth, Escocia, en 1990. La Oficina Meteorológica del Reino Unido confirmó este evento, señalando que las temperaturas podrían ascender aún más a lo largo del día, especialmente en la región de Londres y el sureste de Inglaterra.
La consecuencia directa de este calor inusual para principios de mayo es un marcado contraste con las temperaturas promedio históricas para esta época del año, lo que ha llevado a las autoridades a emitir recomendaciones sobre cómo afrontar las condiciones cálidas. Si bien muchos ciudadanos han aprovechado para disfrutar del sol, también se han emitido advertencias sobre los riesgos de nadar en aguas frías, ya que las temperaturas del agua aún no se han calentado en consonancia con el aire. Además, se ha elevado la alerta por altos niveles de polen, afectando a las personas que sufren de alergias estacionales.
Para el análisis climático a largo plazo, este récord de temperatura en mayo se suma a una serie de eventos meteorológicos extremos que han afectado al Reino Unido y a otras partes del mundo, lo que genera preocupación sobre el impacto del cambio climático. Los expertos señalan que estos episodios de calor temprano podrían volverse más frecuentes e intensos en el futuro, lo que requerirá una planificación y adaptación más exhaustivas para mitigar sus efectos en la salud pública, la agricultura y el medio ambiente en general.