
Según versiones preliminares, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha abordado públicamente las negociaciones en curso con Estados Unidos, poniendo énfasis en temas comerciales y en particular en el impuesto a las remesas enviadas por migrantes mexicanos desde EE. UU. Aplaudió la reciente reducción de la tasa impositiva del 5% al 3.5%, aprobada por la Cámara de Representantes estadounidense, pero recalcó que su gobierno seguirá trabajando para lograr la eliminación total de este gravamen.
Contexto y postura mexicana
Sheinbaum destacó que, aunque la reducción es un paso importante, el objetivo final es que millones de migrantes que envían dinero a sus familias en México no tengan que enfrentar ningún impuesto. El impuesto a las remesas forma parte de un paquete fiscal promovido por la administración de Donald Trump que todavía debe pasar por el Senado estadounidense. La presidenta mexicana subraya la relevancia económica y social que tienen las remesas para México, siendo un sostén fundamental para muchas familias.
Impacto en economía familiar y relaciones diplomáticas
Una consecuencia directa de este impuesto, incluso con la reducción del 3.5%, es el impacto económico negativo en millones de hogares mexicanos que dependen de las remesas para su subsistencia. La reducción de ingresos puede afectar el consumo y la calidad de vida de estas familias. Además, la continuidad del gravamen intensificará la agenda diplomática entre México y Estados Unidos, exigiendo esfuerzos persistentes del gobierno mexicano para proteger los intereses de sus migrantes y buscar una solución definitiva que elimine esta carga fiscal, evitando perjuicios económicos a nivel social y familiar.