En abril, las ventas de Tesla en Europa experimentaron una reducción abrupta de casi un 50%, pasando de 14.228 a 7.261 unidades vendidas en 32 países, según datos de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA). Esta caída, que se ha mantenido durante cuatro meses consecutivos, contrasta con el crecimiento generalizado del mercado de vehículos eléctricos en la región y, según análisis preliminares, estaría vinculada a un rechazo creciente de los consumidores hacia Elon Musk y sus recientes posiciones políticas.
La consecuencia directa de esta contracción es la pérdida de cuota de mercado para Tesla en un sector que, en sentido contrario, se encuentra en expansión. Además del impacto reputacional derivado de las controversias políticas, la empresa enfrenta una competencia creciente de fabricantes asiáticos como BYD y SAIC. Para intentar revertir esta tendencia, Tesla ha iniciado ofertas promocionales y descuentos, mientras lidia con una línea de productos que muchos expertos consideran desactualizada y con interrupciones en su producción debido a mejoras en sus plantas.
Desde un enfoque estratégico, esta situación presuntamente obliga a la directiva de Tesla a reconsiderar su posicionamiento en Europa y a separar la imagen corporativa de las actividades políticas de su CEO. Para detener la caída sostenida de ventas, la compañía deberá apostar por una renovación de su catálogo, invertir en innovación y adaptarse a las preferencias de los consumidores europeos, quienes parecen preferir alternativas más competitivas y desvinculadas de polémicas extracorporativas. Esto será clave para recuperar la confianza del mercado y sostener su liderazgo en la electrificación del transporte.