
Las acusaciones del expresidente Donald Trump contra Paramount Global por presunta manipulación mediática están sembrando dudas en torno a la fusión multimillonaria con Skydance Media. Trump presentó una demanda por $20 mil millones, acusando al noticiero «60 Minutes» de editar una entrevista con la vicepresidenta Kamala Harris para favorecer su imagen antes de las elecciones de 2024. Este conflicto, aparentemente, ha intensificado la presión sobre la compañía, que ahora busca resolver la disputa antes de que la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) evalúe la transacción.
Repercusiones inmediatas: fusión en riesgo y renuncias clave
La consecuencia directa es la posible paralización o condicionamiento de la fusión entre Paramount y Skydance, ya que la FCC, encabezada por el republicano Brendan Carr, ha dejado entrever que la investigación sobre el caso «60 Minutes» podría influir en su decisión. En medio del escándalo, Bill Owens, productor ejecutivo del programa, renunció alegando presión corporativa creciente en la cobertura política, lo que ha generado aún más inquietud dentro y fuera de la redacción.
Un choque entre política, medios y negocios
Desde una perspectiva de gobernanza corporativa y libertad de prensa, el caso plantea interrogantes críticos: ¿puede un litigio con trasfondo político influir en la viabilidad de una operación empresarial tan significativa? Para Paramount, la respuesta no solo afecta sus finanzas, sino también su credibilidad editorial. Para los inversores, la demanda eleva el nivel de riesgo y complejidad del proceso de fusión, obligando a considerar escenarios que van más allá de lo puramente económico. La situación ilustra cómo la interferencia política en medios puede tener repercusiones sistémicas en la industria de la comunicación y el entretenimiento.