
A pesar de la fortaleza de la economía estadounidense, las políticas de la administración Trump impactaron notablemente el orden económico mundial. Aranceles, renegociación de acuerdos y un enfoque en intereses nacionales desafiaron normas globales, generando incertidumbre y volatilidad en los mercados.
La consecuencia inmediata fue la reevaluación de cadenas de suministro y tensiones comerciales entre economías. Presuntamente, los aranceles elevaron costos y generaron represalias, impactando el comercio y el crecimiento. La incertidumbre política y comercial influyó en la inversión y la confianza empresarial global.
Desde el liderazgo empresarial y la estrategia global, este periodo subraya cómo las políticas de una nación dominante pueden remodelar la economía mundial, exigiendo adaptabilidad y comprensión de riesgos geopolíticos.